El retrato del Marqués de San Adrián de Goya, se
considera uno de los mejores retratos e cuerpo enteró realizados por el famoso
pintor.
Es un retrato pintado al natural de D.José de Magallón y
Armendáriz, V Marqués de San Adrián. Se trata de un noble navarro que accedió
que accedió a la grandeza en 1802. Goya lo pintó en su pleno esplendor como
retratista (1803-1806).
Analizando
el retrato, vemos un hombre tras una postura convencional y vemos cómo Goya
es capaz de hacer un riguroso trabajo de captación psicológica. El
rostro es uno de los puntos principales de atención del lienzo, mostrándonos un
gesto alegre y sugerente. La expresión del Marqués, nos hace pensar que se
trataba de una persona simpática, a la vez que orgullosa. También nos muestra a
un hombre de porte elegante
y altanero. Es decir, a pesar de que tiene un aspecto amigable, también
muestra ciertos aires de superioridad e incluso de arrogancia.
Es
sorprendente como estos rasgos psicológicos pueden intuirse a través de un
retrato, al que se le suma la dificultad de tratarse de un cuadro, ya que a
través del pincel, plasmar rasgos más abstractos y de la personalidad resulta
más difícil que si se hiciese por ejemplo, mediante una cámara fotográfica. Es
increible por lo tanto que bajo la expresión dibujada en el lienzo se pueda
determinar que la personalidad de este hombre, que no simplemente denota un estado de ánimo sino que hace una combinación de qué tipo de persona es, ya que arrogancia y simpatía no son dos rasgos que suelan ir de la mano y sin embargo aquí los vemos unidos en una misma expresión, en la misma mirada.